Montfalcó (Iglesia de San Miguel)



                                            Montfalcó; en color rojo el lugar donde estaba situada la iglesia


El reportaje de hoy tiene como protagonista a una iglesia que ya no existe, ni siquiera queda en pie un tímido vestigio. Si habéis visitado Montfalcó estos últimos años, imagino que habréis echado en falta la silueta de la iglesia de San Miguel detrás de casa Batllé. Según he podido saber fue demolida hace algunos años dado su precario estado, de esta manera se pretendía impedir que algún curioso entrara en ella y ocurriera alguna desgracia. Ni que decir tiene que no puedo estar más en contra de este tipo de medidas, y más aún en este caso, ya que justo enfrente de casa Batllé quedan en pie las ruinas de varias casas tan peligrosas (como mínimo) como las de la iglesia. Además, demoler nuestro propio patrimonio nunca puede ser la solución de nada.

Gracias al archivo Gavín he conseguido varias imágenes de esta iglesia para que os hagáis una idea de como era este templo, deshabitado primero, olvidado después, y ya por último demolido. Vais a ver una imagen del propio Gavín, del año 1976 (en blanco y negro), y tres fotografías más actuales de Josep Sansalvador, tomadas en el año 2002.

Por lo que puedo ver en las imágenes era un templo de mampostería, de nave única y cabecera plana. Tenía dos capillas laterales en cada uno de sus costados. La puerta de acceso abría a los pies y en esa misma fachada, en todo lo alto, se situaba la espadaña de dos ojos. No fue parroquial, sino que era sufragánea de la iglesia de Fet. Vamos a ver las fotografías de cuando aún estaba en pie, aunque ya presentaba un deplorable estado.

Esta es la iglesia de San Miguel en el año 1976. Podemos ver que en el interior mandaba la maleza y que la cubierta ya estaba derruida.




A continuación vamos a ver dos imágenes del año 2002. Ambas tienen como protagonista la puerta de acceso, vista desde ambos lados.



Ya por último vemos una imagen de la cabecera; también se aprecian bien las capillas laterales y la maleza que ya había conquistado el templo.