Ermita de advocación desconocida de Obís
No todos los días se tiene el placer y la suerte de sacar a la luz un edificio románico inédito. Se trata de un inmueble indocumentado, del que ni siquiera sabemos la advocación, aunque estamos tratando de averiguarla de todas las maneras posibles. Ya son bastantes años inventariando las ermitas y capillas del Pirineo, debo de llevar alrededor de unas 1500 fotografiadas, algunas inéditas, pero la sorpresa de hallar una ermita como la de ayer me ha dado moral, energía y ánimo para continuar este trabajo durante mucho tiempo. Como dice mi amigo Josep Sansalvador: "Un trabajo de inventario de este calibre no se acaba nunca. Siempre te quedará una ruina por descubrir". Pues eso...que soy perfectamente consciente de donde me he metido.
Todo comenzó hace unos meses, cuando mi amigo Francisco Martí, en una de sus salidas al monte, me comentó que un pastor le había dicho que entre Betesa y el deshabitado pueblo de Obís había un edificio con aspecto de posible ermita semienterrado. Francisco Martí lleva años ayudándome con el trabajo de Ribagorza, aunque, decir que me ayuda, es decir poco. No encuentro palabras para describir lo agradecido que le estoy, y tampoco tengo manera de agradecerle el tiempo que me dedica. Disfruto cada minuto que estoy con él, y procuro escucharle para aprender.
Vista lejana (una vez desmalezada)
Todo comenzó hace unos meses, cuando mi amigo Francisco Martí, en una de sus salidas al monte, me comentó que un pastor le había dicho que entre Betesa y el deshabitado pueblo de Obís había un edificio con aspecto de posible ermita semienterrado. Francisco Martí lleva años ayudándome con el trabajo de Ribagorza, aunque, decir que me ayuda, es decir poco. No encuentro palabras para describir lo agradecido que le estoy, y tampoco tengo manera de agradecerle el tiempo que me dedica. Disfruto cada minuto que estoy con él, y procuro escucharle para aprender.
En el momento en que Martí me comentó lo que le había dicho el pastor me puse a revisar mapas de papel, visores de internet, toponimia, documentos antiguos, libros de románico, citas documentales, hasta contacté con algún antiguo vecino de Obís, tratando de confirmar la existencia de esta ermita. Además de no encontrar ningún dato, nadie, absolutamente nadie, me supo decir nada sobre ella.
Encaje de nave y ábside
El
día 5 de agosto de 2018, aprovechando que estaba por la zona y acompañado por Josep Sansalvador, intenté localizar a Javier Llevot -el informante de Martí- para que me
comentara la situación exacta de la posible ermita. Desde un principio nos comentó que solo era una pared. En honor a la verdad tengo
que decir que no nos dio
muchas esperanzas, pues no tenía muy claro que “esa pared” formara parte de una ermita. A él le extrañaba la calidad
que tenían esos sillares, bien trabajados, y que hubieran sido utilizados para sostener un campo. De allí su deducción -acertada- de que quizá fuera la pared de una ermita.
Pues
bien, con la duda de si sería una ermita o los restos de cualquier otro edificio subimos por la pista de Obís y
aparcamos el coche en el deshabitado caserío de Santa Eulalia de Betesa. Una
vez allí, tomamos en viejo camino de herradura que comunicaba este núcleo con
Obís. Después de andar un rato, y tras pasar un robledal, hubo que subir campo
a través una serie de bancales hasta que conseguimos llegar hasta los restos de
la posible ermita. Sin la ayuda de Llevot no sé si la hubiéramos localizado. De hecho tengo que decir que yo ya había hecho algún rastreo en alguna ocasión, con escaso éxito.
Vano en el costado sur
Una vez en la ermita vimos que el muro estaba muy enmalezado, pero los sillares que se veían dejaban entrever
unas buenas trazas (muy buenas). A pesar de la vegetación, que casi la ocultaba, yo era todo optimismo, pues el aspecto del aparejo era magnífico. Después de beber agua abundante, comenzamos a desmalezar el muro sur. La confirmación llegó cuando Sansalvador
comenzó a desmalezar la posible cabecera, y el ábside comenzó a mostrar su
curvatura perfectamente orientada al sol naciente.
...y aquí con el amigo Sansalvador
La
ermita: Al estar entre bancales se utilizó como faja de
cultivo. Por este motivo, sus lados norte y oeste están totalmente colmatados por la tierra del campo
(hoy yermo) que hay sobre ella. Solo es visible el muro sur y un pequeño fragmento del este. Fue templo de nave
única rematado en ábside semicircular orientado al este. El aparejo está erosionado, pero es de buena calidad y las hiladas son uniformes. La nave mide 9,20
metros de largo. Hay una puerta cegada al sur, descentrada hacia los pies; posiblemente se tapó en el momento en el
que la ermita fue utilizada como faja. Es más que posible que fuera una puerta posterior, abierta en época indeterminada. La puerta original, pensamos, estaría situada al oeste. También es destacable un fino vano situado cerca de la cabecera,
evidentemente al sur, pues no hay otro paramento visible. Con todas las reservas necesarias esta iglesia podría fecharse en el siglo XII.