Iglesia de Bescós en los años 50 (Javier y Ángel Escorza)
En esta ocasión la protagonista del reportaje que vais a ver a continuación será la casi desaparecida iglesia de San Miguel de Bescós de Garcipollera. El viejo pueblo de Bescós fue deshabitado junto con el resto del valle de La Garcipollera en la década de los sesenta con motivo de la construcción del embalse de Yesa, a pesar de estar situado a más de 50 kilómetros del pantano. El valle de La Garcipollera tuvo que ser abandonado al completo ya que la totalidad de sus tierras tenían que ser replantadas de pino para evitar la colmatación del vaso del embalse. El resultado fue que los pueblos de: Acín, Yosa, Villanovilla, Larrosa y el propio Bescós tuvieron que ser abandonados inmediatamente.
La iglesia lleva en ruina al menos desde los años 70, aunque conservó la torre en pie hasta el invierno del año 2003. En su caída, la torre se llevó por delante la cabecera y gran parte de las bóvedas que aguantaban en pie; de esta manera, la iglesia quedaba reducida a un montón de escombros, que es lo único que encontramos hoy. Por si fuera poco, la maleza a devorado todo el perímetro de la iglesia haciendo muy complicado poder tomar imágenes.
La iglesia en sí fue un templo de origen románico, aunque muy modificado en los siglos posteriores (especialmente en el XVII). Originalmente, sería un templo de una sola nave finalizado en ábside semicircular orientado. Después, con las reformas antes comentadas, se le cambió la orientación (norte) y se la dotó de una nueva cabecera plana. Se le añadieron las capillas laterales (que le aportaron planta de cruz latina) aprovechando la primitiva cabecera como capilla lateral, con arcos apuntados y bóveda de crucería, dándole un estilo gótico, más acorde con los gustos de la época. El acceso se realizaba por los pies, allí abría una puerta (hoy taponada por los escombros) que centraba la fachada principal. El coro se situaba a los pies, en alto. La fachada de acceso estaba rematada con una cruz sobre el vértice del tejado que milagrosamente sobrevive. La torre campanario también fue parte de las reformas que se efectuaron en el siglo XVII; se levantó con sillarejo, era de planta cuadrangular y cuatro cuerpos.
Fachada principal, año 2013 (Cristian Laglera)
Vamos a ver la comparativa de imágenes de los años 80 con las mías, tomadas en 2013.
Año 1987 (Rafael Margalé)
- Destaca la torre campanario, todavía en pie, aparentemente con buen aspecto. Marco con una fecha roja la fachada principal, donde estaba la puerta de acceso.
Año 2013 (Cristian Laglera)
- Vemos la flecha roja de nuevo sobre la fachada principal, que es lo único que se mantiene en pie 26 años después. De la torre, ni rastro.
Año 1987 (Rafael Margalé)
- Este es el espacio destinado al cementerio, anejo a la iglesia.Vemos la torre campanario y un pequeño anexo que podría ser la sacristía.
Año 2013 (Cristian Laglera)
- Misma perspectiva que la imagen anterior. La principal diferencia es la maleza, que sale por la cubierta y ventana de la sacristía.
- A continuación vemos la capilla lateral del lado de la epístola (la primitiva cabecera). Aunque no lo parezca es la misma capilla, ya sin la bóveda, derruida hace unos pocos años. Entre la foto de Ricardo Mur y la mía, hay unos 25-30 años.
Década de los 80 (Ricardo Mur) Año 2013 (Cristian Laglera)
Según me refiere el propio Ricardo Mur, el altar que vemos en su fotografía estuvo dedicado a la Virgen de la Cueva de Oroel. Fue por un milagro acaecido en el siglo XIX en el que los ermitaños de la Cueva iban postulando por los pueblos y a punto estuvieron de perecer ahogados en el río Ijuez.
Año 1979 (Adolfo Castán)
Y para finalizar, os dejo con una imagen de mi buen amigo Rafael Margalé. En ella vemos la torre campanario (todavía con campanas); evidentemente no puedo poner ninguna imagen comparativa, porque desgraciadamente, no la hay.
Año 1987 (Rafael Margalé)
Iglesia de Bescós; el pueblo se apagó, y poco después lo hiciste tú, como si fueras consciente de que tú tiempo también había terminado. El repique de tus campanas permanecerá eterno en el corazón de la gente de Bescós.